miércoles, 11 de julio de 2012

Pesadillas y miedo de niños

El se acercaba a la puerta,
Su respiración era lenta,
Sus pasos siempre estaban ahí,
Sonaban en el suelo los últimos segundos antes de dormir,
Se acercaba a la perilla,
Pretendía girarla,
Pero él prefería la agonía psicológica,
Me miraba por debajo de la puerta,
Dilatados ojos rojos,
Entonces su sombra bailaba,
Sus uñas arañaban el suelo,
El vapor escapaba de su nariz y barría con todo y viento,
Era todo!...
Otra vez estaba incado en la cama con la sabana encima,
Poca luz del pasillo.
Y la sombra de su larga mano se paseaba frente a mi cara cubierta.
La sabana cae,
Sus patas se arrastran poco a poco debajo de la cama,
Asomo debajo de la cama,
Oscuro.
Un parpadeo rojo brillante.
Un parpadeo de niño asustado,
El ya se arrastraba dando la vuelta por el pasillo,
Haciendo sonar las uñas otra vez,
El reía muy despacio,
Y la puerta se cerraba de nuevo
Se oía el caer de las gotas constantes,
¿Llovía?
No porque como otra mañana el suelo era dueño de un tapiz de puntos rojos que tenia que limpiar.

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