martes, 13 de diciembre de 2011

... Mariposas desatadas...





Los días eran de aires distintos, talvez no tan perturbadores como cuando pensábamos que los sueños eran realidad mientras los vivíamos a diario hasta que el tiempo se te viene encima y todas esas cosas que pensabas se convertían en un puñado de tonterías, yo te dije corramos y escondámonos del tiempo y de tus padres, entonces nos poníamos a jugar con nuestras palabras y solíamos contar historias y correr en la madrugada ahora que te veo a la distancia de un beso notamos que es solo un recuerdo más, y esos sueños... no son tan ridículos como parecen, ahora me queda decirte que, cielos; amor cuando los sueñes; nuestra fabrica de dulces  imaginarios se agotaba, se agota, se agotará, tal vez por eso nos pusimos a platicar y a obsequiarnos cualquier cosa hasta q esas pequeñas cosas convirtieron nuestros dulces en bonitos sentimientos que nos hacían ver hadas y sentir mariposas que salian como palabras destadasde nuestras lenguas transtornadas por otros juegos sentimentales, y para ese momento ya estábamos nuevamente a la distancia de de un beso perfectamente no planeado entre el sonido de cosas caer, gritos y conversaciones en medio de frio y olor a frutas, entonces me di cuentao nos dimos cuent  que sí, es asi como aprendemos a amar: no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta con cualquier cosa siemplremente sencilla que se convierte en algo muy especial.

... El espejo y el espejo...


Para Mari que a veces oye mis historias y la quiero mucho y para gema que tambien las ha oido algunas veces y tambien porque oye todas mis locuras y aun así me ama y yo la amo. 


Cuando ella era una niña,
La vida solía ser sencilla,
Los días eran lentos y la noche amiga,
Pero las horas poco a poco transcurrían,
Y los segundos se desnudaban y morían.

Cuando todo era una historia más antes de dormir,
No nos quedaba más opción que sonreír,
Y mientras dejábamos pasear nuestras indomables palabras por ahí:
“En la noche cuando la vida es dura,
Haz a un lado las cortinas y veras en lo alto a la luna.
Todos los días cuando el cielo está oscuro y el reloj marca la una,
Con los pies descalzos y las horas muertas,
El espejo te mostrara una pequeña puerta,
Solo atraviésala y no la dejes abierta,
La luna bajara y en brazos te llevara con ella,
Y como a una bella estrella,
Podrás siempre al lado de ella.”

Los días cambiaban,
A veces la tristeza reinaba,
Entonces ella no lloraba...
Solo cerraba los ojos e imaginaba.

Las horas pasaron,
Los días seguían cambiando,
Y un día...
Espero a la 1 cuando el cielo estaba oscuro.

Esa noche por unos segundos,
Las hadas habían regresado;
Y tocando el suelo con los pies desnudos,
Cerró los ojos y sus pasos la llevaron frente al espejo.

La noche llenaba la ventana,
Y con manos felices
Comenzó a atravesar el espejo,
Entonces... todo cambio,
Frente a ella, ella misma dormía,
Y de un instante a otro ella misma se desvanecía
Y en la ventana la luna la cojía en brazos,
Y olvidando mil cosas amargas,
Lentamente con la luna ella desapareció.

Minutos después los padres de ella,
Entraron a su habitación,
Pues en sueños ya habían tenido esa visión...
Pero ya era demasiado tarde,
Pues en el cielo ya veían otra estrella...


Más aun así dejaron la ventana abierta,
Para que pudiera algún día regresar cuando ella quisiera.