martes, 13 de diciembre de 2011

... El espejo y el espejo...


Para Mari que a veces oye mis historias y la quiero mucho y para gema que tambien las ha oido algunas veces y tambien porque oye todas mis locuras y aun así me ama y yo la amo. 


Cuando ella era una niña,
La vida solía ser sencilla,
Los días eran lentos y la noche amiga,
Pero las horas poco a poco transcurrían,
Y los segundos se desnudaban y morían.

Cuando todo era una historia más antes de dormir,
No nos quedaba más opción que sonreír,
Y mientras dejábamos pasear nuestras indomables palabras por ahí:
“En la noche cuando la vida es dura,
Haz a un lado las cortinas y veras en lo alto a la luna.
Todos los días cuando el cielo está oscuro y el reloj marca la una,
Con los pies descalzos y las horas muertas,
El espejo te mostrara una pequeña puerta,
Solo atraviésala y no la dejes abierta,
La luna bajara y en brazos te llevara con ella,
Y como a una bella estrella,
Podrás siempre al lado de ella.”

Los días cambiaban,
A veces la tristeza reinaba,
Entonces ella no lloraba...
Solo cerraba los ojos e imaginaba.

Las horas pasaron,
Los días seguían cambiando,
Y un día...
Espero a la 1 cuando el cielo estaba oscuro.

Esa noche por unos segundos,
Las hadas habían regresado;
Y tocando el suelo con los pies desnudos,
Cerró los ojos y sus pasos la llevaron frente al espejo.

La noche llenaba la ventana,
Y con manos felices
Comenzó a atravesar el espejo,
Entonces... todo cambio,
Frente a ella, ella misma dormía,
Y de un instante a otro ella misma se desvanecía
Y en la ventana la luna la cojía en brazos,
Y olvidando mil cosas amargas,
Lentamente con la luna ella desapareció.

Minutos después los padres de ella,
Entraron a su habitación,
Pues en sueños ya habían tenido esa visión...
Pero ya era demasiado tarde,
Pues en el cielo ya veían otra estrella...


Más aun así dejaron la ventana abierta,
Para que pudiera algún día regresar cuando ella quisiera.

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