La sombra solo susurro con un silbido lo siguiente:
Effumord! Y entonces desapareció dentro de uno de los cientos espejos que los
rodeaban; en un instante las ultima gotas de miedo habían salido de los ojos de
Phillipa y en su rostro y manos ya no había el mas mínimo rastro de vida, salvo
sus extremidades que se movían muy lentas y moribundas, y al igual que una
marioneta comenzó a caminar como si sus pies
supieran a donde iban, así paso por días, mientras la gente no le daba
importancia mientras lo veían pasar entre la gente, hasta que llego a la ciudad
y cuando una voz entre las muchas que había en ese momento grito su nombre.
—
Hey!
Phillipa! — dijo Jack—
Soy yo!
Phillipa se detuvo y cayó de rodillas mirando
al cielo mientras su cuerpo se deshacía en miles de revoloteantes mariposas
negras que rápidamente escapaban siguiéndose unas a otras hacia uno de los
espejos más próximos, atravesándolos, y solo hasta que la ultima mariposa cruzó
el espejo, todos estallaron en mil pedazos haciendo una hermosa y mortal lluvia
resplandeciente...
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